agobiante luz jovial.
Es un infierno tu sincero y efímero cuerpo
me produce un deseo carnal.
Caí al limbo y Cerberos me dejó entrar.
Caí al limbo y Hades me invitó a pasar.
Caí al limbo y Perséfone me sedujo
a caminar en lujuria y padecimiento de furia.
Caí al limbo y no hay nada que me pueda salvar.
Ya por hecho tu vienes conmigo.
Bienvenido al Infierno,
bienvenido a mi hogar.
Hicimos el Amor con gritos descarados,
envueltos en una lluvia de improperios.
Ardiendo en tu boca y en un deseo celestial.
Fue un evento desafortunado, un milagro descomunal.
L.V.F (Noviembre 2010)
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